ORGANIC
LOCAL
Moda sostenible, también conocida como moda ecológica, moda orgánica, moda lenta o moda ética, nace del concepto de slow fashion, acuñado por Kate Fletcher en 2007 en oposición a la vorágine consumista que se lleva apoderando del mundo de la moda desde principios del siglo XXI y al que se conoce comunmente como fast fashion.
La moda sostenible se basa en tres pilares clave: la sostenibilidad ambiental, la sostenibilidad laboral y la sostenibilidad económica.
De esta manera la moda ecológica, pese a ser un modelo industrial, trata de preservar y mejorar la salud del planeta a través del ecodiseño o del diseño consciente. Durante los procesos de fabricación, se tiene en cuenta las condiciones laborales de todos/as los/as agentes que participan directa o indirectamente en la cadena de valor para finalmente, ofrecer un producto que respeta el medio ambiente, respeta a los trabajadores y a las trabajadoras y que está diseñado para que al final de su vida útil pueda ser o bien reciclado mediante técnicas de upcycling o bien biodegradado de manera natural.
Al comprar ropa sostenible, estamos comprando un artículo elaborado con tejidos orgánicos, innovadores y/o reciclados, que respetan al medio ambiente y respetan a nuestra piel. Nos estamos asegurando que todas las personas que han intervenido en la fabricación del producto han sido tratadas y remuneradas de manera justa ya que a todos nos gusta que nos traten de manera justa en el trabajo. Estamos recibiendo una prenda que ha sido ecodiseñada, es decir, diseñada a consciencia con la finalidad de que perdure más tiempo, que se combine con mayor facilidad y que al final de su vida útil, sus tejidos puedan ser recuperados mediante la economía circular o que se degrade de manera natural sin generar residuos de larga duración.
Más allá del producto de valor añadido que estamos adquiriendo, al comprar a marcas de moda sostenible estamos generamos empleo local, lo que a su vez genera riqueza social. Estamos colaborando con marcas ecológicas encabezadas por pequeñas emprendedoras y emprendedores fortaleciendo el tejido industrial de nuestro país. Y por último, estamos recibiendo una prenda que ha sido elaborada con cariño, de manera artesanal y de una gran calidad, fomentando así un estilo de vida más alineado con nuestro planeta, con nuestros valores y con una economías más social, más justa y más solidaria.
Y tú, ¿a qué esperas para cambiar el mundo?
Moda sostenible, también conocida como moda ecológica, moda orgánica, moda lenta o moda ética, nace del concepto de slow fashion, acuñado por Kate Fletcher en 2007 en oposición a la vorágine consumista que se lleva apoderando del mundo de la moda desde principios del siglo XXI y al que se conoce comunmente como fast fashion.
La moda sostenible se basa en tres pilares clave: la sostenibilidad ambiental, la sostenibilidad laboral y la sostenibilidad económica.
De esta manera la moda ecológica, pese a ser un modelo industrial, trata de preservar y mejorar la salud del planeta a través del ecodiseño o del diseño consciente. Durante los procesos de fabricación, se tiene en cuenta las condiciones laborales de todos/as los/as agentes que participan directa o indirectamente en la cadena de valor para finalmente, ofrecer un producto que respeta el medio ambiente, respeta a los trabajadores y a las trabajadoras y que está diseñado para que al final de su vida útil pueda ser o bien reciclado mediante técnicas de upcycling o bien biodegradado de manera natural.
Al comprar ropa sostenible, estamos comprando un artículo elaborado con tejidos orgánicos, innovadores y/o reciclados, que respetan al medio ambiente y respetan a nuestra piel. Nos estamos asegurando que todas las personas que han intervenido en la fabricación del producto han sido tratadas y remuneradas de manera justa ya que a todos nos gusta que nos traten de manera justa en el trabajo. Estamos recibiendo una prenda que ha sido ecodiseñada, es decir, diseñada a consciencia con la finalidad de que perdure más tiempo, que se combine con mayor facilidad y que al final de su vida útil, sus tejidos puedan ser recuperados mediante la economía circular o que se degrade de manera natural sin generar residuos de larga duración.
Más allá del producto de valor añadido que estamos adquiriendo, al comprar a marcas de moda sostenible estamos generamos empleo local, lo que a su vez genera riqueza social. Estamos colaborando con marcas ecológicas encabezadas por pequeñas emprendedoras y emprendedores fortaleciendo el tejido industrial de nuestro país. Y por último, estamos recibiendo una prenda que ha sido elaborada con cariño, de manera artesanal y de una gran calidad, fomentando así un estilo de vida más alineado con nuestro planeta, con nuestros valores y con una economías más social, más justa y más solidaria.
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